El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera expresa:
«Ni en pesadilla imaginé ser vicepresidente, lo asumí como una especie de fatalidad histórica. Mi posición ante Evo fue: “tú necesitas una persona de clase media que te vincule al mundo urbano, agota todas las opciones y como última yo voy a estar”. Lo viví más como una misión que como una opción. Una misión que no busqué. Estoy muy contento por el momento, por el proceso, pero no tengo absolutamente ninguna predilección por la función de mandar, me atrae más la comprensión de lo que es mandar y los dispositivos que operan en la gente que manda y la gente que ejecuta. Eso es lo que más me fascina del cargo donde estoy.
[…]
»De mi parte hay una aceptación irreductible del liderazgo indígena, del liderazgo de Evo Morales. Y Evo abrió las puertas para este copiloto, deliberadamente buscó el acompañamiento de su vicepresidente mestizo, eso es lo que ha permitido engranar y bloquear y bloquear los chismes que buscaban meter una cuña entre ambos».