Julio Antonio Mella fue asesinado a los 25 años en México, después de haber convertido a la universidad habanera en un espacio político nacional, de luchar contra el dictador cubano Gerardo Machado, de convertirse en un líder latinoamericano, de combatir a la oligarquía mexicana durante su exilio en ese país y de ser considerado por el estalinismo como una amenaza para la «unidad» del movimiento comunista.
Su ideario logró abrazar de manera orgánica las ideas revolucionarias y la comprensión de los problemas políticos y sociales en clave marxista.