El más significativo testimonio de los años en los que Camilo vivió en el exterior (1953-1956), lo constituye la correspondencia que mantuvo con sus familiares y amigos en Cuba desde cada ciudad por la que transitó.
La agradable y diáfana narrativa empleada por Camilo Cienfuegos en esas cartas que enviara a sus familiares y amigos durante sus viajes a Estados Unidos y México, impulsó a la editorial Ocean Sur, a mostrarnos, en una suerte de diario, una faceta poco conocida del joven revolucionario. La correspondencia personal, a diferencia de otros documentos históricos, posee una naturaleza más sincera y coloquial que nos acerca a otras aristas también importantes de su personalidad.
El volumen presentado el viernes 25 de octubre en la Escuela Formadora de Maestros en La Habana, como colofón de un grupo de actividades que organiza la Unión de Jóvenes Comunistas y la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media como parte de la jornada que anualmente rinde merecido homenaje a dos héroes que son ejemplo para la joven generación de cubanas y cubanos.
El 5 de abril de 1953, Camilo, con 21 años, salió de su Cuba natal y, en compañía de su cercano amigo Rafael Sierra, viajó a Estados Unidos con una visa de turista. En su testimonio se aprecian los buenos y también los difíciles momentos que pasó, expresando la nostalgia y la alegría propia de su carácter. A través de dichas misivas se vislumbra el nacimiento de sus ideas revolucionarias, junto a su identificación con las vias de la lucha armada y su disposición a formar parte de ella, sentimientos genuinos que comparte con sus más cercanos amigos. Se incluyen las cartas que envía desde México, meses antes de partir en el yate Granma, que muestran sus esfuerzos y anhelo por unirse al movimiento liderado por Fidel Castro.
Su compiladora, Daniela Fernández Falcón, al culminar su licenciatura en Historia en la Universidad de La Habana, tuvo la oportunidad de revisar la documentación que se conserva de Camilo Cienfuegos. Entre discursos, apuntes de la lucha guerrillera y cartas, seleccionó estos textos relacionados con momentos inéditos de su vida: sus viajes a México y Estados Unidos.
Al decir de Ernesto Che Guevara,
«Camilo fue el compañero de cien batallas, el hombre de confianza de Fidel en los momentos difíciles de la guerra y luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de su tropa. [...]
Revolucionaro cabal, hombre del pueblo, artófice de esta revolución que hizo la nación cubana para sí, no podía pasar por su cabeza la más leve sombra del cansancio o de la decepción. Camilo, el guerrillero, es objeto permanente de evocación cotidiana. [...]
En su renuevo continuo e immortal, Camilo es la imagen del pueblo»