Hoy nos convoca la presentación de una interesante y útil antología sobre feminismos. Y un primer espacio en estas reflexiones a propósito del libro Mujeres en Revolución. Coordenadas para un feminismo cubano socialista, es para agradecer a su compiladora, Karima Oliva, por haberlo hecho posible. Según sus propias palabras introductorias al volumen, esta recopilación de textos “pretende provocar una reflexión de largo aliento en torno al inmenso desafío de construir una sociedad más justa, segura, inclusiva, y equitativa para las mujeres” e invita a la práctica militante en este sentido”.
Y lo menciono, porque precisamente ese es uno de los objetivos esenciales de nuestra Revolución; uno de los propósitos de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
En la selección de textos que se presenta, hay artículos muy interesantes para lograr una mirada amplia sobre el pensamiento de diversas personalidades de la historia y la actualidad. Pero quiero resaltar, en particular, que nuestra FMC, a lo largo de su trayectoria, ha tenido siempre relaciones con el movimiento feminista y ha participado en muchas de sus reuniones, solidarizándose con sus luchas.
No podemos obviar un ejemplo revelador y es que nuestro Comandante en Jefe, desde su etapa de estudiante de Derecho se vinculó a destacadas y admiradas feministas de la época: la doctora Vicentina Antuña Tabío, a quien conoció pues era la esposa del doctor Carone, su profesor de Derecho Romano, y también a Camila Enríquez Ureña y a Rosario Novoa, entre otras. Esas mismas exponentes del feminismo -y muchas más- participaron activamente en los tiempos fundacionales de nuestra organización y en su desarrollo; se mantuvieron activas en sus filas y contribuyeron a los análisis y a los proyectos que iban naciendo.
Vale la pena recordar las palabras de la propia Vicentina, feminista consecuente y una de nuestras más destacadas intelectuales, cuando en 1975 expresó: “Pensar que es suficiente el reconocimiento de la igualdad, así como suponer que basta la transformación de la economía capitalista en socialista para producir la inmediata incorporación de la totalidad de las mujeres al trabajo social, es un enfoque simplista, y como tal erróneo, de una cuestión en la que inciden factores de muy diversa índole, que es necesario considerar. Porque no se erradican con facilidad prejuicios y costumbres del pasado, ni se vencen con solo quererlo, las dificultades materiales en una sociedad que pugna por salir del subdesarrollo, ni las de carácter familiar en un mundo que es todavía de trazado masculinista’’.
La Federación de Mujeres Cubanas, tuvo, tiene y tendrá una vinculación raigal con las ideas feministas revolucionarias, que se materializan en una agenda de objetivos y acciones que asume plenamente sus objetivos y retos. El hecho de haber avanzado, sistemática y consecuentemente, en un proceso que el líder histórico de la Revolución, nuestro Fidel, calificó como “una revolución dentro de otra Revolución” define con exactitud nuestras esencias, antes y ahora.
Nuestra organización de mujeres es depositaria de las concepciones y proyectos revolucionarios del feminismo, acordes con la trayectoria política y cultural de nuestro país, así como de lo mejor de los postulados de ese movimiento en el ámbito regional e internacional. Estamos acompañadas y estimuladas por una voluntad política atemperada a las necesidades de estos tiempos. No lo llevamos en el nombre, lo demostramos con los resultados y los retos que nos proponemos.
Somos una organización que agrupa más de cuatro millones de mujeres de las más diversas ocupaciones, profesiones, cultos religiosos, niveles de desarrollo, con expectativas e intereses diversos, sólidamente unidas para defender a la Revolución y luchar por eliminar hasta el último vestigio de discriminación: Alcanzar todos los derechos para todas las mujeres, todos los derechos para todas las personas, todos los derechos para todas las familias.
A los logros que Karima menciona en sus palabras introductorias al libro que hoy presentamos, debemos adicionar uno de los más trascendentes de esta etapa: los postulados de la Constitución, refrendada por nuestro pueblo, en cuya redacción participaron valiosas mujeres y que contó además con la riqueza extraordinaria de la consulta popular.
La Carta Magna cubana incorpora principios y valores fundamentales dirigidos a hacer realidad una sociedad sin discriminación alguna. Y, en Cuba, la ley no es letra muerta. Ya se implementan las normas complementarias de todos los mandatos constitucionales y la FMC continuará trabajando por la aplicación de cada uno de sus contenidos.
Tenemos aprobado como Decreto Presidencial el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, como antes contamos con el plan de Acción Nacional de Seguimiento a la IV Conferencia Mundial de la Mujer, realizada en Beijing, que definió a la Federación de Mujeres Cubanas como Mecanismo Nacional para el Adelanto de las Mujeres. Pero los acuerdos de los Congresos de la FMC también se han constituido en programas de trabajo, no solo para nuestra organización, sino para todas las instituciones, organismos y organizaciones de la sociedad cubana. La Federación siempre ha sido interlocutora crítica del Estado y del Gobierno y goza de respeto, y atención en todos los ámbitos, desde los tiempos fundacionales hasta nuestros días.
El feminismo, que se define como lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres, es lo que hemos defendido y construido siempre. Y lo continuaremos haciendo, con una agenda aún más amplia que es la defensa del sistema que garantiza que esos postulados se hagan realidad.
Como movimiento social el feminismo resulta una gama muy diversa de organizaciones que difieren en objetivos, programas y retos. En el libro que presentamos ahora se habla de feminismo popular, comunitario, liberal, socialista, mencionando algunos de los que existen, pues son numerosas las denominaciones que responden a diferentes realidades, corrientes políticas y agendas relativas a la igualdad.
Respetamos y nos aliamos, sin reservas, como ha sido hasta hoy, al feminismo revolucionario, anticapitalista, anticolonialista, antimperialista, que promueve la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres como lo refrenda nuestra constitución.
Nuestra divisa es la unidad, capacitar, educar para que las federadas conozcan, entre otros temas, la esencia del feminismo y cómo actúa en consecuencia su Organización, para que puedan enriquecer todo cuanto hacemos en ese camino. Nada que confunda, que nos enmarque en una u otra tendencia.
La FMC ha realizado una acción transformadora de la cultura patriarcal, trabajando junto a los hombres, que también son víctimas de esa herencia arraigada, reaccionaria. Ello nos permite identificar cuánto nos falta por hacer en ese sentido. Se trata de la organización de las cubanas, la que tiene en su aval, como realizaciones, buena parte de los sueños del movimiento feminista en todas las épocas y puede enriquecerlos con sus ideas, siempre que se ajusten a nuestros intereses.
Decisivo papel ha jugado en esta batalla por el ejercicio pleno de la igualdad, el Comandante en Jefe -artífice y guía de nuestras victorias- y el General de Ejército Raúl Castro Ruz, pero también el Partido y, por supuesto, la eterna Presidenta, Vilma Espín Guillois, que nos ha dejado un legado imperecedero con sus ideas y con su obra, que es la obra de decenas de miles de cuadros, dirigentes de base y federadas, que han dado lo mejor de sí para hacer realidad cada objetivo. A todo ello da continuidad el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, el compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que ya ha sostenido importantes reuniones con destacadas mujeres del país, en representación de millones de ellas.
Estamos conscientes de nuestras deficiencias e insuficiencias, de la necesidad de fortalecer cada vez más las bases, de hacer sentir con mayor fuerza la Organización en las comunidades, para que sigan siendo ese espacio de intercambio y debate que necesitamos, de enriquecer en mayor medida nuestros equipos de trabajo con el talento de las jóvenes.
Tenemos las Cátedras de género en las Universidades y las Casas de Orientación a la Mujer y a la Familia en los municipios, y en esas instancias estamos abriendo espacios de reflexión y debate donde tengan cabida todos los intereses de las federadas, para tratar todos los temas que contribuyan a que estén cada día más informadas de los asuntos que deseen abordar.
La FMC es justamente el espacio de reflexión que abre sus puertas a todas las propuestas y acciones que contribuyan a seguir avanzando. En ese camino, abraza el pensamiento martiano, marxista, fidelista, feminista, antiimperialista, antirracista, anti homofóbico, ambientalista y la solidaridad con nuestras hermanas del mundo.
Vamos siempre unidas con los pobres de la tierra, al decir de Martí, “con todos y para el bien de todos” y, parafraseándolo, agregamos “Con todas y para el bien de todas”.
Tomado de Cubadebate